Les quiero contar una historia, una historia de terror...
Y lo que la hace tan terrorífica es que es verídica, tan verídica como que fui, muy a mi pesar, protagonista de ella. Tenía ganas de hacerlo...de contarlo públicamente, quiero decir, aunque la gente mas cercana a mi ya la conoce.
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(lápices de colores + photoshop) |
Ustedes sólo conocen mi faceta como dibujante o diseñador gráfico, pero en mi vida he tenido otros trabajos tan variopintos como; Auxiliar de clínica, Rotulista y decorador de grandes superficies, Técnico de montaje y Backline de grupos musicales (Pipa), Reparador de plataformas y contenedores... bla, bla bla
Pero entre todos, sin duda el mas llamativo es el de Ayudante de veterinaria y cuidador en el “Safari Park Vergel” (Alicante), donde me dedicaba casi en exclusividad al cuidado de los grandes felinos (principalmente tigres y leones)
Corría el año 1999 y esa tarde me hallaba yo en la puerta de salida de la zona de los llamados "animales peligrosos" (a partir de esta puerta, ya se podía uno bajar del coche) y estaba ahí sustituyendo a mi compañero que estaba comiendo. Cuando éste regresó de su almuerzo, me dispuse a dar una vuelta con la furgoneta por el recinto, entre otras cosas para darle agua a un tigre que estaba enjaulado (otros tres andaban sueltos) y para comprobar que todo iba bien... pero no iba bien.
Al acercarme a la zona de tigres, observé cono uno de estos animales arrastraba con su boca un gran bulto.Lo primero que me pasó por la cabeza es que debía tratarse de un trozo de caballo, muy habitual en su dieta.. lo que ya no era tan habitual es que comieran dos veces al día y ya habían comido por la mañana. Pero conforme me iba acercando empecé a comprobar horrorizado que lo que el tigre llevaba en sus fauces no era otra cosa que el cuerpo inerte de una persona que manaba sangre como una fuente.
Las posibilidades de que estuviera vivo eran prácticamente nulas, aun así traté de que el animal soltara su presa embistiéndolo con el vehículo, y cuando lo hizo lo ahuyenté lo mas lejos posible para que mientras mi compañero custodiaba el cuerpo, yo pudiera salir a pedir auxilio.
Al regresar al lugar junto a los jefes del parque, volví a recibir una nueva y traumática visión, la de la pareja del individuo anterior que se hallaba junto a un estanque, prácticamente decapitada.
Después de aquello llegó la Guardia Civil para hacer el atestado y un sinfín de medios de comunicación que insistían en entrevistarme y que quedaron sin respuestas por mi parte.
Mas info, aunque no del todo exacta, aquí:
Nota de prensa
Por si algún incrédulo piensa que todo esto es una milonga macabra que me acabo de inventar, les adjunto los dos folios pertenecientes a mi declaración en el cuartel de la Guardia Civil de Vergel.
Después de aquello, me aconsejaron pedir una baja laboral, ya que era duro volver a trabajar allí.
Me la dieron por veinte días, pero yo renuncié a ella a los diez días, ya que consideré que lo mejor era enfrentarme a mis miedos. De hecho, cuando llegué lo primero que hice fue ir a ver la cara del animal que aguardaba en su jaula para ser sacrificado.